Durante los últimos diez años de su vida, Eduardo Torroja viaja con frecuencia al extranjero, no solo para asistir a congresos y reunines de las instituciones técnicas comentadas, sino para impartir conferencias y cursos cortos allí donde su presencia es requerida, publicando artículos y libros en diferentes idiomas. De esta época es el 80 % de sus publicaciones internacionales, mientras que sólo lo es el 20 % de las nacionales. Especial mención requiere su famoso libro Razón y Ser de los Tipos Estructurales (1957), en el que comenta el comportamiento físico de las diferentes estructuras, sin recurrir para nada al cálculo, según los matariales utilizados, su proceso constructivo, etc., dedicando un capítulo a exponer sus conceptos sobre la estética estructural. La fama alcanzada por este libro hizo que se publicasen traducciones al inglés, francés, alemán, italiano y japonés. También publicó en Estados Unidos su libro The Structures of Eduardo Torroja (1958), traducido al español en 1999.
A lo largo de toda su vida profesional, Eduardo Torroja Miret, además de liderar los avances técnicos y científicos en materia de estructuras de hormigón, realizó importantes obras y proyectos innovadoras optimizando y racionalizando sus procesos de construcción. Además de las obras más conocidas, ya mencionadas anteriormente, cabe destacar entre otras: la Estación subterránea de los Nuevos Ministerios , Madrid (1934); el Teatro de Cáceres (1934); la cubierta de una Iglesia en Villaverde (1935); el Depósito del Hipódromo de la Zarzuela, Madrid (1935) –no constrido-; el Acueducto de Alloz, Navarra (1939), el arco central del Puente del Pedrido, La Coruña (1940), los Hangares de Torrejón y de Barajas, Madrid (1942-1945); el Estadio de Futbol de las Corts, Barcelona (1943); el Hangar de Cuatro Vientos, Getafe (1949); la Capilla de la Ascensión de Xerrallo, Lérida (1952); la Capilla abierta del Sancti Espirit, Lérida (1953); la Presa de Canelles, Lérida (1956); la cubierta del Club Táchira, Caracas, Venezuela (1957) -no construido-; los depósitos elevados de Khemisset y Souk-el-Arba, Marruecos (1959); o la Iglesia de San Nicolás, Gandía (1960).
La importante labor realizada por Eduardo Torroja Miret fue reconocida, a lo largo de los años, a través de diferentes distinciones. Se le concedió el grado de Doctor Honoris Causa por la Politécnica de Zürich, la Universidad de Toulouse, la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de Lovaina y la Universidad Católica de Chile. Fue Académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba. Fue nombrado Caballero de la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio y Caballero de la Gran Cruz del Mérito Civil. Tras su fallecimiento se le concedió el título de Marqués de Torroja.
Eduardo Torroja murió en su despacho del Instituto Técnico de la Construcción y del Cemento el día 15 de junio de 1961, dejando, en un cajón de su despacho, una entrañable carta, de la que se deduce que sabía que iba a morir en breve, dirigida a todos sus colaboradores. Poco después, el Instituto volvió a cambiar de nombre, convirtiéndose en el Instituto Eduardo Torroja de la Construcción y del Cemento (ietcc), para pasar posteriormente a denominarse Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja.